El Presidente de Argentina, Javier Milei, ha implementado reformas radicales de libre mercado, incluyendo la devaluación del peso y la austeridad fiscal, lo que ha llevado a un cambio drástico en algunos indicadores económicos. La inflación ha caído a un mínimo de cinco años, el país ha registrado su primer superávit presupuestario en años, y sectores como el agroindustrial y los bienes de lujo están en auge. Sin embargo, estos éxitos ocultan una creciente división: mientras algunos argentinos disfrutan de una nueva prosperidad, muchos otros luchan con precios altos y salarios estancados. La resistencia política está aumentando, con gobernadores provinciales y partidos de oposición desafiando las políticas de Milei. La sostenibilidad de este resurgimiento económico sigue siendo incierta a medida que aumentan las tensiones sociales y políticas.
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